18 sep. 2018
En Avellaneda
Con la presencia de Daniel Salvador, tuvo lugar una disertación sobre cuestiones que atañen al marketing político y campañas electorales.
La Fundación MAGIS, un espacio que conduce el periodista Luis Otero y que se involucra en los nuevos desafíos que impone el devenir político, constituyó el escenario elegido para la jornada de debate y reflexión.
El evento, contó con la organización del Instituto Nacional de Capacitación Política (INCAP), dependiente del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda de la Nación.
La exposición, estuvo a cargo del analista político, Ricardo Rouvier, quién ante un auditorio de jóvenes, que abigarraban el salón principal de la vieja casona, abrió su alocución desmenuzando distintas hipótesis referidas al proceso electoral del año 2019.
El consultor hizo una simpática comparativa entre la penetración en el imaginario colectivo de un yogur y un político: “El primero está siempre en la góndola y no se mueve, mientras que el político lo hace permanentemente y genera sorpresas.
Rouvier, se apoyó en gráficos que complementaban su descripción.Explicó que hoy los partidos políticos nacientes en Europa “son agrupaciones llamadas de red, están virtualmente desarrolladas, no poseen la estructura política de los partidos políticos tradicionales”.
Y consideró indispensable, abrir el debate sobre los nuevos paradigmas que den sentido a los partidos políticos del siglo XXI.
Por su parte, el titular del Senado, que siguió la conferencia entre el público con sumo interés, mostró su convencimiento de que a partir de un sustancial mejoramiento del sistema  educativo se logrará una óptima capacidad para resolver los problemas.
“La educación es el único camino para lograr la igualdad de oportunidades”, aceptó, al tiempo que reconoció el desafío que se le presenta a la clase gobernante de lograr mayor calidad democrática.
Posteriormente refirió a una particularidad que en su concepto hace a un buen gobernante: “Es muy importante mantener los oídos abiertos cuando se ejerce el poder, recrear las expectativas”.
En este punto hizo especial hincapié, al sostener que la retroalimentación de la confianza “se logra al cumplir con los cometidos enarbolados durante la campaña electoral”.
Afirmó que tales objetivos se basan en la premisa de tener un gobierno que diga la verdad, “además de reafirmar el rumbo elegido y actuar en forma pragmática”.
En síntesis: “Consolidar la gobernabilidad, tomando las medidas que sean necesarias aunque paguemos un costo”.
Por último, recalcó la participación de jóvenes en política y bromeó al sostener que en tiempos pasados se decía que los mismos eran el futuro, “hoy decimos con mucho orgullo que representan el presente”.