El resentimiento volvió a ser negocio
Por Carlos Manfroni / Usurpaciones de campos y de casas, destrucción y profanaciones en el sur por organizaciones terroristas disfrazadas de aborígenes, quema de la bandera nacional, amenazas de todo tipo contra la propiedad, incendios, liberaciones de presos peligrosos. El resentimiento volvió a ser negocio y de los mejores. No tanto un negocio para quienes son envueltos por esa tóxica emoción; casi nunca lo es para ellos. Lo es, en cambio, para sus instigadores, para los que incentivan la envidia mientras lucran con ella.