Yo me equivoqué y pagué
Por Nicolás Fiorentino / El horizonte inmediato de María Eugenia Vidal asoma despejado. Como mínimo, hasta marzo, no deberá tomar una decisión sobre dónde y cómo jugará en 2021 o si jugará o no; si las especulaciones sobre una suspensión de las PASO se confirmasen, la deadline se correría tres o cuatro meses más. Más allá de esa primera estación, el largo plazo le muestra otra, 2023. La exgobernadora bonaerense fantasea con pelear la presidencia, un plan sostenido en un montón de “y si”.