Cristina y la impuntualidad
EDITORIAL / Muchas son las situaciones que permiten ilustrar la facilidad con que algunos ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Días atrás, el afán pendenciero de Cristina Kirchner quedó en evidencia cuando criticó al presidente Javier Milei por no haber estado en la Basílica de San Pedro antes de que se cerrara el féretro del papa Francisco como sí lo hicieron Lula y Macron. Con su habitual soberbia, la expresidenta instó en la red X a que Milei echara a quien le maneja la agenda y el protocolo, como si hubiera sido un acto de irresponsabilidad, y desafió apuntando con letras mayúsculas a que le respondiera si había llegado tarde “por alguna otra razón que los argentinos desconocieran”.